Si decimos que hablamos y escribimos constantemente para comunicarnos y que esto representa la base del proceso de entendimiento entre los seres humanos, ¿estamos en lo cierto?

La respuesta es sí.

No obstante, ¿por qué razón nos pasamos la vida diciendo que “una imagen vale más que mil palabras”?

Pues, adaptándonos al tiempo actual, esta pregunta amerita que su respuesta se lleve a cabo con otra pregunta: ¿Quién no utiliza emojis y los infalibles stickers para expresar emociones y estados de ánimo? Exacto, ¡hasta el el gato!

Y es que el lenguaje de las imágenes tiene un efecto único en nuestro cerebro, mucho más que las palabras, ya que este ataca de manera directa las sensaciones, emociones, deseos, recuerdos, y más.

De hecho, diversos estudios sobre el cerebro humano han demostrado científicamente que el 90% de la información que este procesa, es visual.

¿Por qué? Porque podemos memorizar hasta el 80% de las imágenes, el 20% del texto y sólo el 10% del sonido…

Aparte, cabe acotar que nuestro cerebro trabaja las imágenes 60.000 veces más rápido que el texto.

La Era digital y la realidad

Todos estos procedimientos se traducen en estrategias visuales que buscan adaptarse al tipo de mensaje y al contenido que queremos transmitir tanto dentro del mundo online como dentro del offline.

Entonces, cuando hablamos de imagen, nos referimos a un tema complejo, ya que siempre habrá ¡esa imagen que cuidar! no sólo dentro del ámbito personal, sino, más importante, dentro del profesional.

Dicho esto, resaltar el valor de la imagen en todos los campos nos ayuda a potenciar la percepción de calidad y profesionalismo necesarios para destacar en cada rubro.

Ahora más que nunca es importantísimo cuidar todos los detalles porque simplemente no podemos quedarnos con nuestro ser… ¡Necesitamos ser y parecer!

Esto, debido a que nuestras competencias cada día suben de nivel y es impensable dominar el mercado en el tiempo si no cumplimos con todo lo necesario para atraer a los clientes, además de ganarnos su confianza y preferencia…

Así que si tienes una tienda online, ¡cuida la imagen! Si tienes una tienda offline, ¡cuida la imagen cuatro veces más…!